Gárgolas insomnes

Diciembre 31 de 2004

Termina un año de tragedias para la humanidad, un año en el que nos familiarizamos con ellas, por ser algo cotidiano, y aprendimos a nombrarlas, una vez más. Palabras como exterminio y masacre, invasión y matanza, genocidio y barbarie, han sido el signo de los tiempos, la constante, lo de siempre, lo "normal", hasta parecer sinónimos de naturaleza humana y hasta que la devastación, el desastre, la catástrofe irrumpe con el nombre de tsunami, ola gigante causada en este caso por un terremoto. Como si no tuviéramos bastante con la ciudad de Fallujah o la región de Darfur, con la escuela de Beslan o la estación de Atocha, la bestia que llamamos 2004 ha dado un coletazo de agonía sobre las costas del océano Indico en doce países de Asia y Africa, arrasando todo lo que se encuentra a su paso. Como si no fuera suficiente la pandemia del sida y la hambruna, miles de cadáveres al aire libre amenazan con el contagio de su descomposición, es decir, con extender la ola de muerte y destrucción ahora en forma de enfermedades. Como si no resultara demasiado un millón de minas antipersonales en Sri Lanka, el maremoto las ha desenterrado para que naden entre los restos humanos y las prótesis, o esperen bajo los escombros. Vaya un fin de año macabro. Vaya caudal heredado al año entrante... y los siguientes.

[] Iván Rincón 11:01 PM

Diciembre 26 de 2004

Cuando soñamos que soñamos está próximo el despertar (Novalis). Imaginen una toma de conciencia suplementaria, un paso más hacia el despertar: el que lo efectúe no será ya otra cosa que un fantasma (Cioran). Frente a la pesadilla, no basta despertar. La vigilia puede florecer en el sueño (Subcomandante Marcos).

Con la epidemia de insomnio que padecemos aquí, algunos confunden el rumor del viento con el paso del tiempo a través de la memoria y la ventana. Los recuerdos emergen del olvido, entre polvo acumulado y telarañas, como sombras del pasado, como fantasmas en la oscuridad del abismo y la profundidad de la noche, como rastros del sueño. La mirada ventila su pálida sustancia y la esparce por el aire. Abundan las obsesiones y los rencores en el síndrome de abstinencia, espejo de piedra, cuando el vampiro desvelado tiene sed de sangre, pero hace falta el vino escanciado al calor de la escritura y el debate.

Un grito estremece las aguas del remanso en donde yacen las ilusiones y duermen los muertos de pena. El laberinto es un lugar sin tiempo, un espacio lleno de vacíos y silencios, poblado de sonámbulos. El minotauro ha muerto. Camino del crepúsculo al amanecer por un dédalo de calles desoladas bajo balcones y ventanas de vetustos edificios con humedades y grietas, pérgolas y gárgolas... prolongación de la pesadilla. He roto el círculo de soledad y ahora es una espiral de odio.

[] Iván Rincón 3:16 AM

Diciembre 13 de 2004

Con excepción de sus rostros y algunas actitudes corporales, George Wacala Bush y Condolezza Rice son tan diferentes a los simios que la comparación ofende... a los simios, por supuesto.

Si los homínidos representan la evolución del género primate hacia la humanidad, personajes como los mencionados son especímenes representativos de la involución humana, del capitalismo salvaje a la barbarie, del avance inexorable hacia la destrucción del mundo. A diferencia de la bestia del caos, su locura genocida y su tiranía legitimada por la imbecilidad, entre los simios no existen mafias, ni criminales de guerra; entre los simios no es posible semejante animalidad. Por el contrario, se trata de seres inteligentes y sensibles que, dentro de los límites de su condición natural, valoran la vida, la cuidan, se respetan y respetan a los demás habitantes del planeta, incluyendo a los árboles y las plantas. Bush el pequeño, en cambio, pretende talar los bosques para evitar que se incendien.

También es un insulto llamar gorilas a los militares represores, a los terroristas de estado, a los señores más brutales del poder, pues los gorilas no usan la fuerza física para oprimir al prójimo o reprimir el disenso, ni son asesinos en masa.

En fin; además de las caras, Bush y sus esbirros no tienen nada de monos.

[] Iván Rincón 5:23 AM

Noviembre 27 de 2004

Al texto publicado aquí el 8 de abril hay que agregar "guerra preventiva", eufemismo orwelliano que se refiere a la agresión militar, la invasión, el saqueo y la devastación a placer de un país por otros (siempre en plural, porque los crímenes contra la humanidad no son posibles sin complicidad internacional). Las "armas de destrucción masiva", así no existan, son pretextos para la destrucción masiva de una civilización.

"Pacificar" es otra gran patraña del mismo lenguaje. Por lo visto en Fallujah, significa matar, aplastar a un pueblo entero; arrasar las ciudades y asolar los campos; responder con destrucción y muerte a la indignación y el descontento con la destrucción y la muerte; asesinar indiscriminadamente a la población civil, al que se ponga enfrente, al que se oponga, al que se esconda, al que huya; disparar a lo que se mueva; reprimir toda resistencia, todo asomo de insurgencia, toda rebeldía, con la mayor fuerza posible, con la violencia más aterradora, con superioridad bélica -técnica y tecnológica, material y "humana"-, con alevosía y ventaja, con impunidad; al cabo se trata de una "guerra contra el terrorismo", es decir, una serpiente que persigue su cola, un círculo vicioso, una espiral.

Hiroshima y Nagasaki, Guernica y Fallujah, son ejemplos de "pacificación" contundente.

[] Iván Rincón 3:20 AM

Noviembre 1 de 2004

Las almas de los muertos que vinieron con el viento de octubre y sacudieron el polvo de mis libros, casi deshojados, y mis discos de acetato, medio rayados, y mis fotos percudidas por la huella del tiempo y la fragilidad ambarina de los recuerdos, esperan mi visita en el panteón. Mañana estaré con ellas, entre ellas, con los restos de sus cuerpos reducidos al silencio y la soledad de la carcoma, como siempre, mimetizado, como un camaleón humano, como un mimo, un actor chocarrero, macabro, de maquillaje pálido, que interpreta su propio delirio. Mañana regresaré y seré uno más de los niños que murieron ayer.

[] Iván Rincón 10:16 PM